Cultura vs Literatura

«La primera cosa en la que pensé cuando me invitaron a dar esta conferencia fue en aquella frase del director de cine François Truffaut que decía no haber conocido a nadie que, de niño, haya querido ser crítico de cine. La segunda cosa en la que pensé fue en que, tan difícil como encontrar a alguien que, de niño, haya querido ser crítico de cine, es encontrar a alguien que, de niño, haya querido ser periodista cultural. La tercera cosa en la que pensé fue una frase, y esa frase fue: “El periodismo cultural no existe”. La cuarta cosa en la que pensé fue un comentario a todo lo anterior. Ese comentario fue: qué suerte. “

Con esas palabras, la argentina Leila Geurriero dio inicio a la lectura del texto que preparó para su conferencia: “El periodismo cultural no existe, o los calcetines del pianista”, amplio texto en el que, cargándolo de citas que sólo demostraban (aunque no de forma ostentosa o pedante) el gran bagaje cultural que Guerriero carga a sus espaldas como si fuera su sombra.

Surgen, durante su lectura, varias preguntas interesantes como la siguiente: ¿Ponemos el mismo empeño y/o calidad en el Periodismo Cultural que en otro tipo de investigaciones periodísticas? ¿De verdad están bien “amuebladas” (con buen bagaje, con amplia cultura) las cabezas de los editores –y de los periodistas, añadiría yo?

La verdadera labor del periodista cultural es saber abrir el panorama al lector: no sólo narrar los hechos, reseñar el libro, hacer la crónica sosa de una película, sino saber cuándo enfocar lo que sería “the big picture” y ver los detalles alrededor de la obra: los calcetines del pianista. Sí, hay que ser cultos y expertos, pero ocasionales: volverse experto en el artista que se va a entrevistar próximamente para no llegar y preguntar cosas obvias como “¿desde cuándo pinta?” sino ¿qué siente cuando pinta con tonos azules?” por ejemplo, o poder discernir y desentrañar lo que para unos es locura y para otros genialidad en cierta novelista. El periodista cultural debe tener algo que decir “Dénme tiempo para encontrar un punto de vista y escribiré un texto”. Sí, la historia ahí está, ¿pero desde dónde la vamos a narrar? ¡Ah! Y hay que narrarla bien: desprovisto de su forma, el texto pierde información, ya no dice lo que debe decir. Por eso, Guerriero dice que se pueda hablar de Periodismo Literario, pero no porque todo lo cultural sea la literatura (la Cultura nos rodea, nos envuelve, estamos sumergidos en ella, aunque no seamos doctos en Letras) sino por las herramientas que podemos tomar de la Literatura al escribir una pieza de Periodismo Cultural: hay que buscar la frase que transforme la palabra en estremecimiento; hay que aprender a vivir sin depender de la mirada de los otros: escribimos porque tenemos algo que decir, no para ganar premios.

De izquierda a derecha: Rafeal Pérez Gay, Leila Guerriero y Guillermo Osorno

Guillermo Osorno, moderador de la conferencia, agregó: no se trata sólo de contar historias, sino de contarlas bien. Pérez Gay, comentarista de la charla de Guerriero aportó que El periodismo debería ser uno sólo y debe de estar bien escrito, bien hecho, transmitir emociones. Eso sí, y no concuerdo con Pérez Gay, para él el Periodismo Cultural equivale a Periodismo Literario, lo cual a mi parecer lo encasilla, porque él se refería a contenido no a forma (como Guerriero).

Una charla de lo más amena, donde lo más enriquecedor fue sin duda alguna el inicio. Por ello al principio les puse el link al texto completo. Vale la pena que lo revisen.

Resumen de la Conferencia “El Periodismo Cultural no existe, o los calcetines del pianista” impartida el miércoles 21 de septiembre de 2011 dentro del marco del Seminario Nuevas Rutas para el Periodismo Cultural; ponente: Leila Guerriero (Argentina), comentarista: Rafael Pérez Gay (México) y moderador: Guillermo Osorno (México) Para mayor información dar click aquí