Ayer me fui a perder en Librerías Gandhi con A.T. para comprarme algo con un certificado de regalo que tenía en mi poder desde enero. Deben intuir que como adicta a los libros, entrar en una librería es todo un reto para mí: todo se me antoja. Sin embargo tenía mi límite muy establecido.
Vimos la sección de libros en inglés y algo me llamó mucho la atención: había ahí volúmenes de Arturo Pérez-Reverte, Octavio Paz y Mario Vargas Llosa en la lengua inglesa. No pude menos que quejarme con A.T. «¿Quién en su sano juicio leería autores que escriben en español, en inglés?». Con su lógica de siempre, A.T. me dijo «Pues alguien que habla inglés, algún extranjero quizá». Volteé a verlo y comenté «Sí, pero ¿aquí? Está bien, concedo, pero debe perder mucho significado. Traducir del español al inglés pierde mucho sentido del texto».
A.T. me dijo que cómo estaba tan segura, que lo mismo pasaba a la inversa (confieso que cuando me es posible, prefiero leer en el idioma original y sí me pasa con frecuencia que al leer las traducciones pienso «seguro no decía eso en inglés») pero diferí: el español es un idioma mucho más amplio y rico en vocablos que el inglés. A.T. me lanzó una de sus miradas de «no estoy del todo convencido con lo que dices» mientras me comentaba que el inglés también tiene sus variaciones. «Claro, no es lo mismo el inglés del siglo XVIII o el siglo XIX y depende de qué autor inglés (habla, no nacionalidad) hablemos… pero el español sigue siendo más amplio».
No nos adentramos mucho en la discusión, pero sí es algo que he pensado muchas veces: el español es enorme (uno de mis sueños es estudiar más respecto al lenguaje) y de hecho es muy complicado. Tal vez no sea tan complicado de aprender como lenguas orientales (chino, japonés) pero sé que no es tan sencillo aprender español para quienes no lo tienen como lengua materna. Y si nos metemos en detalles respecto a las variaciones de país a país y regionalismos (dentro del mismo México una palabra cambia de significado entre estado y estado) no acabamos.
Me acordé mucho de eso hoy que vi este video: punto a mi favor. El español es muy difícil, muy rico, la verdad. Así que sigo pensando que leer a autores hispanos en inglés debe matar un poquito de su riqueza. Empero, qué bueno que los traducen para que les llegue un poco de la calidad hispana a otros países.